El ejercicio tiene muchos beneficios durante el embarazo. Puede ayudarle a sentirse mejor, aliviar malestares y dolores, reducir el estreñimiento, reforzar sus articulaciones, y ayudarle a dormir mejor. También puede ayudarle a sentirse mejor con respecto a la manera en la que luce, prepararla para la labor de parto y el alumbramiento, y ayudarle a recuperar su figura antes del embarazo más rápidamente después que nazca su bebé.

Para casi todas las mujeres, el ejercicio es seguro a lo largo del embarazo. Sin embargo, siempre debería discutir el ejercicio con su médico antes de comenzar, y si su embarazo es de alto riesgo (p. ej., si usted tiene presión arterial elevada inducida por el embarazo, contracciones tempranas, sangrado vaginal o está corre riesgo de aborto espontáneo o parto prematuro), su médico podría aconsejarle limitar o evitar el ejercicio.

Si usted ya se estaba ejercitando regularmente antes de quedar embarazada, debería poder continuar haciéndolo durante su embarazo, haciendo ajustes a medida que su cuerpo y su nivel de energía cambien. Algunos estudios indican que usted puede comenzar con seguridad un programa de ejercicio durante el embarazo, incluso si usted no se ejercitaba regularmente antes de su embarazo. Pero es especialmente importante consultar con su médico antes de hacer esto, debido a que usted necesitará incorporar gradualmente el ejercicio dentro de su rutina.

Si su médico le permitió realizar ejercicio durante el embarazo, debería proponerse al menos 30 minutos de actividad moderada (p. ej., caminar, nadar, baile aeróbico) la mayoría de los días de la semana. Usted debería dejar de hacer ejercicio si siente cansancio, mareos, palpitaciones cardiacas, falta de aliento, o dolor en la espalda o pelvis. Usted debe ser capaz de hablar mientras está haciendo ejercicio y debería mantener su frecuencia cardiaca por debajo de 160 latidos por minuto.

Evite sobre calentarse al no hacerlo en exceso en días cálidos, y evitando ejercitarse al exterior de las 10 am a las 3 pm durante meses cálidos.

Algunos ejercicios, incluyendo deportes de contacto, esquiar cuesta abajo, bucear, y montar a caballo, se deben evitar debido al riesgo de lesión. También evite actividades que incluyan rebotar, golpearse, cambios repentinos de dirección, y riesgo de lesión abdominal. Y dado que los ejercicios realizados sobre su espalda (p. ej., abdominales, algunos tipos de yoga) pueden limitar el flujo de sangre a su bebé, evite estos ejercicios durante el embarazo.