Nadar, Andar en Bicicleta, Correr...¡Practicaré el Triatlón!

Muchos atletas buscan menos formas tradicionales de competencia para desarrollar su acondicionamiento físico y desafiar su resistencia mental; una de éstas es el triatlón. Este evento podría ser desalentador, debido a que la mayoría de las personas relacionan el triatlón con el triste célebre evento Hombre de Hierro (el cual requiere que los atletas corran un maratón después de nadar 2.4 millas y andar en bicicleta 112 millas), pero los triatlones se presentan en muchas longitudes, que varían desde esprint hasta el evento Hombre de Hierro.

La escritora Karen Schroeder terminó su primer triatlón. A continuación se presenta su experiencia que compartió.

El Reto

Nadar, andar en bicicleta, correr. Se escucha lo suficientemente simple. En cualquier fin de semana de verano cuando era niña, probablemente ya había hecho cada una de estas actividades. Y como adulto, corría varias veces a la semana, doy unas cuantas vueltas a la alberca de mi mamá durante el verano y soy una paseo con mi bicicleta por la ciudad. Así que, supe que podría nadar, andar en bicicleta y correr, pero ¿podía hacerlo uno después de otro y hacerlo rápidamente?

Ese fue el reto que mi hermano Jim nos planteó a mí y a mi amigo Bob un domingo en agosto. Jim había terminado el triatlón de esprint de Hyannis, Cape Cod aproximadamente cinco veces y estaba buscando algunas nuevas almas valientes para hacerlo con él en septiembre. Bob y yo fuimos esos interesados entusiastas.

Tiempo para Prepararse

"Ninguno de mis amigos que han hecho triatlón conmigo lo han hecho por segunda ocasión," mi hermano nos advirtió, pero no nos asustamos tan fácilmente. Había corrido en varias carreras, Bob había competido en su bicicleta muchas veces y estábamos listos para un nuevo reto.

Con sólo unas cuantas semanas para prepararse, le pedí su bicicleta a un amigo y pase una tarde en las calles con Bob, donde él me puso al tanto de los puntos para hacer cambios, dar vuelta y frenar. Mantuve mi rutina de carrera regular e incluso nos zambullimos en las aguas frías del Atlántico para unas cuantas brazadas. Y después el día llegó.

Día de la Carrera

En esa mañana de septiembre fría con viento, estaba parada sobre la playa entre más de setecientos atletas nerviosos, poniéndome mi gorra para nadar, gafas y nuevo traje de baño de triatleta (completo con almohadillas colocadas estratégicamente para hacer que la competencia en bicicleta fuera más cómoda), esperando por el primer disparo de salida.

Natación Seria

Cuando el grupo de mi edad se le envió al agua, estaba lejos de las profundidades de las olas y rocas del océano Atlántico nadando a un cuarto de milla. Al principio, la frenética marejada de nadadores (incluyéndome a mí) destruyó mi concentración y tragué mucha agua salada. Pero en el lapso de unos cuantos momentos, me impulsé, puse mi cabeza abajo y comencé a nadar intensamente. Me impulsé con el agua, dando brazadas completas y patadas con mis extremidades, cada una destinada a dejar un hematoma en mi esforzado cuerpo. Desarrollando velocidad y confianza con cada brazada, y en el momento que llegaba a la segunda boya me estaba sintiendo fuerte y rápida y en unos cuantos minutos, emergí del agua e hice el esprint a través de la arena suave de la playa hacia el área de transición para subirme a la bicicleta.

Un Viaje en Bicicleta Ventoso

Las 10 millas en bicicleta fueron bastante tranquilas, la brisa del océano era refrescante a medida que pedaleaba sobre el curso accidentado y ventoso. Rebasé algunos ciclistas y algunos me rebasaron, pero cuando volví al área de transición para bajarme de la bicicleta de un brinco y ponerme los zapatos para correr, las 3.6 millas que estaban delante de mí y mis piernas cansadas eran todo lo que llenaba mi mente empapada con agua.

Corriendo Con Resolución

Al principio de la carrera, vi a un triatleta fuerte que me había golpeado con su bicicleta. Estaba compitiendo el curso completo usando sólo su traje de baño de triatleta, una señal segura de que era una atleta experimentado de este deporte múltiple, a diferencia de mí que me puse un par de zapatos para andar en bicicleta y después pantalones cortos para correr sobre mi traje de baño para cada etapa sucesiva del evento. Me impulsé para alcanzar a esta mujer.

Una vez que la alcancé y la rebasé, usé este juego mental para motivarme durante el resto de la carrera; eligiendo a un corredor delante de mí para alcanzarlo y después a otro y pronto, tenía a la vista la línea de meta. Las curva final se extendía atrás alrededor de la playa donde este viaje había comenzado. A medida que daba esprint en las 100 yardas finales a través de terreno suave e imprevisible, extendí mi zancada e impulsé mis brazos por algo que me parecía una eternidad hasta que finalmente me propulsé a través de la línea final.

¡Lo Logré! ¡Soy una Triatleta!

En sólo más de 75 minutos, me volví una triatleta. Durante los pocos minutos posteriores, disfruté de mi propia euforia privada. He experimentado la "euforia del corredor" varias veces antes, después de terminar una carrera o durante una carrera ordinaria por la mañana iluminada con una extraordinaria sonrisa. Pero esta euforia fue un poco más fuerte, una combinación intensa de alivio, orgullo y total agotamiento que me proporcionaron un sentido de serenidad estimulante.

Aunque la intensidad de esa euforia ha disminuido en poco tiempo, el orgullo continúa y desempeña un papel importante en el proceso actual de definir y perfeccionar mi propia identidad.

Desde esa mañana de septiembre, he notado un ligero cambio en la forma en que percibo las cosas, incluyéndome a mí mismo. Encuentro la belleza en el entorno de un músculo al flexionarse, la gracia de una zancada larga y el poder de un fuerte patada de tijera. Estoy orgullosa de mi fuerza y resistencia, no de mis pantalones de mezclilla o talla de ropa.

Rara vez me subo a una báscula para evaluarme, en lugar de ello registro cuánto tiempo puedo mantener colgando mi brazo flexionado y qué tan cerca estoy de hacer una lagartija. Ya no estoy secretamente encantada cuando alguien me pregunta si he perdido peso. En lugar de ello, me lleno de orgullo cuando escucho a un amigo refiriéndose a mí como una triatleta.

Fuentes Adicionales:

FUENTES DE INFORMACIÓN CANADIENSES:

Canadian Fitness and Lifestyle Research Institute
http://www.cflri.ca/eng/lifestyle/index.php
Ultima revisión Mayo 2008 por John C. Keel, MD

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